La comunicación también es clave
Sergio Lehmann Economista Jefe de Bci
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Sergio Lehmann
No sólo el buen diseño de la política económica es importante, sino también la forma en que se comunica. Debido al impacto en las expectativas de las señales que se entregan al implementar una medida, la comunicación de las mismas tiene una incidencia fundamental. Esto es especialmente relevante en el caso de la política monetaria, entendiendo que los mercados financieros son especialmente sensibles a las noticias, capturando de inmediato en los precios de activos cualquier mensaje o medida inesperada.
Tal como Yuval Noah Harari lo plantea en “Homo Deus”, la comunicación va más allá de los hechos concretos que se anuncian, sino que sumando conceptos teóricos, como por ejemplo lineamientos o perspectivas fundamentadas en modelos o meras abstracciones. Esos elementos han distinguido al Homo Sapiens en su capacidad cognitiva desde hace 70.000 años y nos han permitido desarrollarnos y configurar nuestro entorno. Se recoge entonces, yendo a nuestra esencia más primitiva, que debemos potenciar las herramientas comunicacionales de forma de ir alineando las expectativas en coherencia con lo que se planea ejecutar.
La evidencia empírica muestra que la política monetaria es más efectiva cuando las decisiones se alinean con las expectativas de mercado, tras las guías que el propio Banco Central va entregando. Se reducen la volatilidad e incertidumbre, se evitan ajustes abruptos en precios de activos financieros y se fortalece la credibilidad de la autoridad monetaria, el activo más importante de un banco central moderno.
En cuanto a las políticas públicas, aplica la misma mirada, pero con un foco que debe buscar entregar mayores convicciones a los legisladores, que son los que en definitiva aprueban las propuestas de modernización o reformas, cuyo propósito debería centrarse en dar mayor celeridad y dirección al país en su tránsito al desarrollo. Esto es especialmente crítico cuando vemos conformaciones más polarizadas en el Congreso. La comunicación en este caso debe enfatizar los alcances de los cambios o propuestas de política que se proponen, reafirmando los beneficios económicos y sociales que se generan. Utilizando un lenguaje simple y directo, es clave comunicar bien, reafirmando la perspectiva técnica.
Volviendo a la política monetaria, bajo la actual coyuntura vemos que ésta vuelve a ser protagonista frente a la evidente desaceleración global. A diferencia de escenarios del pasado, la mayoría de las economías en el mundo no tiene espacio para aumentar el gasto público y estimular por esa vía la actividad. En nuestro país, dado el compromiso de ir reduciendo el déficit fiscal, eso es aún más potente. De ahí la necesidad de hacer más fluidos y ágiles lo procesos de inversión y de fortalecer las concesiones en infraestructura, sin comprometer un mayor gasto fiscal.
Bajo este marco, es clave que el Banco Central fortalezca su guía aduciendo argumentos técnicos, pero que vayan siendo incorporados y bien asimilados en los precios de activos. Es fundamental que la autoridad monetaria esté encima de la pelota, reaccionando a las nuevas señales que va recogiendo, pero al mismo tiempo es clave que su comunicación vaya logrando que los mercados anticipen sus movimientos, de forma de alcanzar un mayor éxito en sus objetivos. Las expectativas deben estar bien alineadas con la visión de la autoridad económica, reconociendo que los mercados, especialmente en el ámbito financiero, son siempre muy sensibles a las señales e información que van incorporando.